LO VIRTUAL

Según Quéau (44-48), la virtualización de lo real consiste básicamente en el quebranto del poder que la categoría de lugar ha tenido tradicionalmente para dar cuenta de la realidad, en favor de una potenciación de las posibilidades que el lenguaje posee para ello. Esta situación genera varias consecuencias, en primer lugar para la representación del mundo (para el arte, que se hace más fluido, metafórico y plástico), pero también para las mismas formas de la vida (en cuanto nuestra aprehensión sensomotriz cambia).
Así es como lo ostensible-verificable (ir a ver los hechos), condición para una comprensión de lo real basado en la categoría de lugar, es desplazado por lo conectable (relación de hechos), condición propia de la vitualidad: la virtualización facilita la conectividad, pero también, la conectividad sólo es eficaz en función de una alta virtualización de la realidad.
Ahora, es sólo en la medida en que lo visible y lo tangible (el mundo) pierden peso para darle paso a lo invisible y lo intangible, como es posible pensar en una liberación de las dimensiones espirituales del hombre y en la potenciación de su creatividad, pues de este modo es como el espíritu va a donde quiere, puede actuar a distancia, no está aquí ni allá... debido a esa distancia somos más de lo que somos. Nuestro poder invisible supera a nuestra irradiación visible (Quéau, 57).
Esa mudanza del concepto de lugar desde su concepción clásica hacia una concepción puramente lingüística, curiosamente corresponde a la propuesta de Zimma de comprender la sociología de la obra literaria como un vaivén entre lo que él llama una intertextualidad externa (origen social del texto) y una intertextualidad interna (uso social del texto). No es gratuito que para Zimma la clave esté en entender que el punto de encuentro entre lo social y lo literario es, precisamente, el lenguaje.
En relación con una pragmática del juego, habría que afirmar que el espacio virtual del juego, y que la escritura hipertextual permite, recuerda la triple constitución esencial de la experiencia festiva: la presencia, la participación y la simultaneidad. Presencia, en tanto que se niega la representación —la repetición o imitación de lo real—, para afirmar la presencia "real" y vital; participación, en tanto que no hay observadores externos y distantes, sino individuos participantes que son, a la vez, protagonistas; y simultaneidad, en tanto que tiempo y espacio adquieren la única dimensión del presente, anulando la sucesión cronológica e instaurando la "lógica de lo instantáneo".
Esta relación conlleva una necesaria redefinición de los términos implicados en la experiencia creativa: el autor, como diseñador quien propone unas reglas de juego y el lector que participa actualizando las reglas y convirtiendo a la obra en un "acontecimiento", en algo que se hace presente  gracias a la acción del jugador.
El hipertexto como creación digital tiene un espacio particular inseparable de su medio de reproducción: el espacio virtual. La particularidad de este espacio es que su representación es posible sólo mediante técnicas numéricas (digitales) que lo hacen completamente diferente a otro tipo de representación: 
A diferencia de las técnicas básicamente analógicas, como la fotografía o el video, las imágenes numéricas no participan directamente de lo real. Son enteramente creadas por el hombre, o más exactamente, por manipulaciones simbólicas, lenguajes lógico-matemáticos, modelos. Por primera vez, no son fenómenos físicos sino operaciones simbólicas las que crean algo visible.(Quéau)
Las consecuencias tanto para la obra de arte virtual como para la escritura hipertextual son singulares. Para el artista visual su materia  son ahora los números y  la obra no es un "cuadro" que se muestra a un espectador que está "afuera". De hecho, ya no hay espectador; quien observa, participa, actúa,  se involucra con la obra y, más aún, puede "vivirla" desplazándose físicamente en el mundo simulado. Para el autor-lector, la escritura digital permite la creación de trayectos de lectura mediante el enlace de los bloques de texto y la anexión de nuevos bloques a los ya existentes, modificando radicalmente la noción de texto tradicional.
El arte virtual, en general, está exigiendo a la estética  la revisión crítica de sus categorías sobre la producción, la recepción y la reproducción de la obra. El hipertexto, en particular, propone nuevas consideraciones sobre la autoría, el texto y la lectura que lo valorizan como un nuevo medio expresivo.

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